Apostados uno frente al otro, con un cenicero lleno de colillas entre ambos y muchos botellines vacíos que cubrían toda la mesa. El ambiente viciado por el humo del bar se consumaba con volátiles columnas grises volando y regueros de ceniza por el suelo. Se miraron el uno al otro sabiendo que uno de los dos diría algo, aunque ninguno sabia qué.
Otro cigarro, ninguna palabra y mas miradas. La cerveza se acababa y el cigarro se consumió. Si uno de los dos no decía nada en ese momento, posiblemente esta historia encontraría su fin. De repente:
-¿Por que no vamos a clase?- Pregunta uno de ellos ante la mirada del otro.
-Porque no la necesitamos, supongo. Tengo casi comprobado que la asistencia a clase no es necesaria.
Se quedaron pensando aquella respuesta, sin tener muy claro que fuese cierta o verídica.
-Te propongo algo mucho mejor que ir a clase.
-Haber, sorpréndeme-respondió el otro sabiendo ya de antemano por donde iban los tiros.
-Vamos a por Yerba-Sentenció solemnemente el compañero.
Ambos miraron por la ventana, las gotas hacían carreras por ver quien llegaba la ultima al resquicio del cristal, pero ya no llovía. Sin decir nada más que lo dicho, volvieron a mirarse, sonrieron y se levantaron dejando la cuenta justa entre los cadáveres del cementerio de botellines.
Salieron a la calle para descubrir que la lluvia en realidad se había transformado en un viento terrible. A sus espaldas, una anciana se agarraba a una farola para no salir volando, cual bandera ondeante. Sorprendidos por la fuerza de aquel pseudo huracán, deciden apresurarse a la boca de Metro mas cercana.
-No tengo dinero ni abono-Dice uno preocupado.
-Pues yo no tengo abono ni dinero. Algo tenemos que hacer para conseguir algo de pasta...si queremos pillar verde, claro.
Tras esto, un momento de reflexión y mas miradas cómplices, uno responde:
-Hostias, pero que cabrón. Tendré que sacar dinero yo, ¿no?. Como siempre.
-Hombre, eso estaría bien, y el hecho de ir, vamos andando...!A por verde contra viento y marea!-Grita eufórico llamando la atención de los transeúntes que luchaban contra el temporal. Saca el móvil y marca un numero. Suena un toque.-Ya está avisado. Lo de siempre donde siempre, solo falta que saques dinero.
-Que cabrón...pero que cabrón.
Así pues, agarrándose el uno al otro de los brazos para no salir arrastrados por el viento, llegan al cajero mas cercano. A la salida de este, un hombre se les acerca pidiéndoles dinero apelando a que tenia que pagarle las medicinas a su hija.
-Toma- Dice el otro amigo sin mas, que no había sacado el dinero, pero si que se lo postraba al otro. Volvían a estar sin dinero, ni en efectivo ni en la tarjeta.
-Eres gilipollas, enserio tío.
-Yo que se...me daba pena el hombre.
-Pero si era un timador...y ahora nosotros los timados. Por tu culpa....ffffff
-No sé, no lo pensé mucho. Solo lo hice...ya sabes que tengo tendencias "superhombristicas".
-Ser un superhombre no nos ha llevado a no mas que estar en medio de un vendaval, sin dinero, sin bono bus, sin ir a clase...y lo mas importante, sin Yerba.
-...mmm...¿Moraleja?
-Que no vuelvo a invitarte a setas un miércoles por la mañana.
-Pero tío, si hoy es jueves...además, es por la tarde.
-Ya...por eso mismo.
Por Piter Noguerolcius y Ras Miky
Ver: CLIMA:Concierto en tormenta menor
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