martes, 15 de diciembre de 2009

Unica Razon

Extraño pesar
el del pensamiento,
acongoja de la
conciencia;
de nada sirven
los lamentos.
La sombra toca
su melodía en Crezzendo
mientras se queda
muda mi voz,
las cuerdas vocales
sesgadas por su hoz;
trigo seco
me siento,
y no encuentro el momento
de apelar a mi valor.
Los sabios no temen
agazapados en su rincón,
mermados por los intentos fallidos
que los llevaron a tal situación;
mermados por los aullidos
que reclaman una única razón.

¿Incapacitado?
Tal vez.
¿Incapaz?
Posiblemente...
Mi futuro se derrumba
como Castillo de Tente,
de las ruinas no
resurgirará nada...
pues no hay nada latente.
Cachitos de piedra
rodeando un pórtico
intacto;
almenaras a los pies
y ventanas sin tacto,
sin cristales tras
los que mirar...
sin cristales sobres
los que el cielo
pueda llorar.

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