La soledad persiste,
ahogados mis pulmones
por humo que no existe.
Los ojos, la mente...
bien abiertos en el chiste,
ironico de no contar,
afonico de no cantar...
Ataviado en la atalaya
donde no se puede fumar,
extraviado en los caminos
donde no pude pillar.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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